Lo primero que harás es meter las manos en el agua. Cómo las sientes? Mojadas, verdad? Y qué más? No mucho más , probablemente. Estamos acostumbrados a la sensación de tener las manos mojadas o sea que no notarás nada extraño.
Lo siguiente que haremos es mete la mano dentro de la bolsa de plástico y sumérgela dentro del agua, asegúrate que el agua no entre en la bolsa. Qué sientes ahora? Presión verdad?! Puedes sentir el agua empujando la bolsa hacia tu mano. La presión es casi la misma que antes (dependiendo también del tamaño de la bolsa), pero ahora sientes la presión que hace el agua a la bolsa y ésta a tu mano, por eso sientes más la presión.
Ahora mete las dos manos en la bolsa y sepáralas. Esta vez, notarás más la presión y observarás que el agua empuja hacia dentro los lados de la bolsa. Cuanto más separes las manos te sorprenderás al ver la presión que puede ejercer el agua.
Cuando metes la mano en el agua, tu mano empuja hacia los lados el agua. Tu mano está ocupando el sitio que antes era ocupado por el agua, y el agua intenta recuperarlo. Cuando metes las dos manos en la bolsa y las separas, el agua empuja más fuerte. Si lo medimos cuidadosamente, te darás cuenta que el agua empuja con una fuerza igual a la cantidad de agua que tu empujas con la mano. Cuando separas las manos, la bolsa ocupa más espacio, haciendo que se empuje más agua. Así tienes más fuerza de empuje y sientes más presión.